Izabal
Un caribe Verde
Con su original encanto, ricos ecosistemas y la alegría de la cultura garífuna, ofrece un encuentro con un caribe de exuberante belleza natural.
La representación de la diversidad en todo su esplendor se refleja en el caribe verde, con ricos ecosistemas que son el hábitat de diversas especies.
Izabal En la puerta del Caribe, muy cerca del Sol, con hermosas playas y muchos lugares por conocer, Izabal es todo un paraíso para pasar unas inolvidables vacaciones. En Izabal abundan las reservas naturales que se han convertido en los sitios de mayor atractivo de la región, entre ellas se encuentran el Lago de Izabal, Río Dulce, Bocas del Polochic, Punta de Manabique y el Biotopo Chocón Machacas, sin dejar de mencionar las hermosas playas de arena blanca. Izquierda: Playa Punta de Palma en Puerto Barrios. |
La cultura de Izabal, diferente a la del resto del país por la influencia caribe, también atrae a los visitantes. En este departamento se encuentran sitios arqueológicos mayas de gran importancia como Quiriguá. Otro de sus atractivos principales, y debido a que es el único departamento donde hay población garífuna, es el ritmo y las danzas de Livingston, sin olvidar el exquisito pan de coco que elaboran sus habitantes. Izabal tiene un gran desarrollo turístico. Sin embargo, para su economía, desde tiempos históricos, las actividades portuarias han sido de gran importancia tanto para el departamento como para todo el país. Por negocios o por distracción, Izabal tiene mucho qué ofrecer... Definitivamente es un lugar que no puede dejar de explorar porque siempre encontrará un paisaje fascinante.
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Historia, población y cultura La población negra caribeña más importante del departamento y la única en el país son los garínagu, más conocidos como garífuna. Este grupo étnico que recién cumplió doscientos años de vida centroamericana (1797-1997), de filiación lingüística caribe arawak; permite adentrarnos en una historia y cultura diferentes a la de los pueblos mayas. | |
Hernán Cortés en su viaje a las Higueras en 1504, pasó por el puerto de Nito y en sus cartas al rey dijo que era un importante puerto comercial. Efectivamente, el área de lo que hoy constituye Izabal, fue un territorio propicio para las rutas de comercio, dado sus corredores naturales creados por las rutas fluviales y lacustres. El sitio más importante del departamento lo constituye Quiriguá, que data del período Clásico. Incide en la ruta comercial marcada por el río Motagua, y en las otras rutas que fueron y siguen siendo importantes hasta ahora, Río Dulce -Lago de Izabal-, Polochic y Río Sarstún. En la instauración del proyecto colonial gran parte de la población indígena, fue diezmada por las enfermedades o traslados a otras áreas. Durante la colonia fue débil y en la costa, a excepción del puerto de Trujillo y el de Omoa, la presencia fue prácticamente nula. Lo que permitió el hostigamiento de los ingleses que buscaban abrirse mercado y se encontraban atraídos por las riquezas madereras de la región. De esta manera, las autoridades coloniales edificaron la fortaleza de Bustamante, que luego se llamó Castillo de San Felipe de Lara, en honor al rey de España. Esta fortificación ubicada en el punto estratégico de la conexión de Río Dulce con el Lago de Izabal, fue atacada y destrozada varias veces. Esto permitió a los piratas incursionar hasta puntos como Panzós, en el territorio de la Verapaz. |
Tradición y patrimonio cultural Posiblemente la construcción más importante de la época es el Torreón de Bustamante o Castillo de San Felipe de Lara. Esta fortaleza ubicada entre el Río Dulce y el Lago de Izabal, permite recrear una escena típica de cualquier otro punto de la región caribeña. | Castillo de San Felipe de Lara, punto estratégico entre el Lago de Izabal y el Río Dulce. |
Además del sitio arqueológico de Quiriguá que data del período Clásico, y cuyas estelas talladas y estructuras son testigos de una historia perteneciente a la gran civilización maya, encontramos del período Post Clásico infinidad de sitios, como los ubicados en la cuenca del lago de Izabal, Bongo, Murciélago, Sepila, Pataxte, Las Delicias y San Felipe. En los márgenes de los ríos Dulce, Sarstún y Motagua; la presencia de plataformas y montículos son claros indicadores de la riqueza de su ocupación prehispánica. Sin duda la construcción más importante de la época es el Torreón de Bustamante o Castillo de San Felipe de Lara. Esta fortaleza ubicada entre el Río Dulce y el Lago de Izabal, permite recrear una escena típica de cualquier otro punto de la región caribeña; un territorio que durante la colonia debió protegerse de los piratas. Cuanto más se acerca el área al litoral caribe, más heterogénea es la población asentada. En las áreas de frontera con Zacapa y Honduras, la población generalmente es ladina y se dedica al trabajo como mozos de fincas de ganado. Esta población tiene una marcada cultura de carácter español y mantiene vivas las tradiciones propias de los ladinos del oriente del país. Esta población negra tiene una cultura sincrética en la que los elementos africanos, amerindios y europeos se manifiestan de particular manera. Ahora asentados en Puerto Barrios, pero sobre todo en Livingston, le imprimen a la región un carácter particular. Su sistema festivo, es rico en tradiciones y en cuanto al arte de la danza acompañada de la poliritmia de los tambores y de particulares cantos. Su tradición de pescadores y de grandes navegantes permite acercanos a otra cultura desconocida en la Guatemala contemporánea. La espectacular magia del caribe Por: Luis Villar Anleu Es el único departamento de la República de Guatemala que limita con el Océano Atlántico. En consecuencia, es el que representa al Caribe con todo el vigor y la exuberancia que es de esperar en este rincón del continente americano.
Una historia sorprendente A no ser por la existencia de tres poderosas cadenas montañosas, que se presentan como otras tantas costillas orientadas de noreste a suroeste, todo el departamento sería una extensa planicie. Una es la sierra de Santa Cruz, otra la del Mico, que es una extensión de la de Las Minas, y la del Merendón. Alternando con ellas hay otras tantas planicies, alargadas, orientadas en el mismo sentido. Sobre la primera discurre el río Sarstún, sobre la segunda están los lagos de Izabal y Golfete, así como el Río Dulce, y sobre la tercera serpentea el Río Motagua.
Río Dulce, Parque Nacional. Desde el Castillo de San Felipe, al final del Lago de Izabal, hasta su encuentro con el mar, a la par de Livingston, se encuentran un conjunto de parajes de extraordinaria belleza. Entre el ardiente sol del trópico, la brisa de la costa y la tórrida humedad caribeña, este extenso destino concentra la esencia del departamento. Siete Altares y Punta Cocolí. Dos rasgos geográficos en la costa interior de la Bahía de Amatique. Siete Altares es un conjunto de pozas naturales, creadas por un río selvático; a la orilla misma del mar, pero inusitadamente frescas. En Punta Cocolí la playa trata de hacerse espacio entre la jungla y el mar, pero acepta gustoso a los amantes de la natación y la pesca. Punta de Palma. Playa muy cercana y accesible desde Puerto Barrios. Discreta pero no apartada, visitada pero no hacinada. En épocas de alto turismo se convierte en el paraíso de los niños, de los jóvenes y de los adultos con espíritu juvenil, que llenan sus noches de reggae y otros ritmos tropicales.
Bahía La Graciosa. Una pequeña extensión de la Bahía de Amatique dentro del pantano de palma de confra. El pantano, de fisonomía selvática, encierra a la Graciosa en un escenario paradisíaco. Un paseo que jamás puede olvidarse. Bahía de Santo Tomás. Otra extensión de la Bahía de Amatique, pero esta vez dentro de las junglas del pie del cerro San Gil. Contiene muchos atractivos particulares, como el balneario Poza Azul o las refrescantes aguas del Río Las Escobas. | |||||||||||||||||||||||||
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